Este blog trata sobre nuestros más pequeños , creado por estudiantes de enfermería. Está destinado principalmente a enfermeras de todos los hospitales que quieran dar su opinión acerca de las diferentes forma de trabajar y a usuarios que quieran una fuente de consulta.

martes, 1 de abril de 2014

Técnicas de relajación para niños


Fuente: kidshealth.org/











El estrés puede provocar cambios físicos en el cuerpo de un niño que debemos controlar, como por ejemplo que se acelere el corazón, que aumente la tensión arterial, la respiración también acelera, se enlentece la digestión y se dilatan las pupilas.
Es muy importante reducir este estrés en los niños hospitalizados mediante técnicas de relajación de la mente y el cuerpo. Estas técnicas no solo reducen los síntomas físicos del niño, sino que contribuyen a que recupere la sensación de control de su propio cuerpo.
A continuación vamos a explicar tres técnicas que se pueden llevar a cabo con un niño hospitalizado para disminuir sus niveles de estrés y así ayudar a relajarlo.

Respiración consciente

Consiste en sentarse o estirarse i colocar una mano sobre el estómago i otra sobre el pecho. Cerrar los ojos e intentar relajar todos los músculos, empezando desde los pies i terminando por la cabeza. Después se tiene que intentar respirar regular i profundamente durante varios minutos y prestar atención a cada respiración, concentrarse en cada inhalación y exhalación, e imaginar que la tensión abandona el cuerpo en cada exhalación.
Esta técnica puede resultar difícil para un niño, ya que requiere mucha concentración en la respiración, y los pensamientos distraen la atención, por eso es importante el papel de la enfermera, ya que puede ayudar al niño a no distraerse i a concentrarse en su respiración haciendo también los ejercicios.

Musicoterapia

La música, puede tranquilizar la mente y calmar el cuerpo. Se ha descubierto que los niños que hacen sesiones de musicoterapia tienen frecuencias cardíacas y tensiones arteriales más bajas, así como mejoras en los niveles de ansiedad.
En muchos de los hospitales disponemos de un especialista en musicoterapia titulado, con formación y experiencia, que puede trabajar con los niños para desarrollar programas de tratamiento diseñados a medida que les hagan:
  •     Jugar de forma activa mientras escuchan música
  •    Bailar o mover el cuerpo al ritmo de la música
  •   Tocar instrumentos o improvisar con ellos
  •   Cantar con música de fondo.
  •  Para participar en estas sesiones de musicoterapia, los niños no necesitan conocer las notas ni tener ninguna aptitud especial para la música.

Masajes terapéuticos

Uno de los enfoques más prácticos y activos para calmar a los niños hospitalizados son los masajes. Tienen muchas ventajas, ya que aportan relajación muscular y aumentan el flujo sanguíneo y el oxígeno en las partes masajeadas, contribuyendo a aliviar el estrés y a mitigar el dolor.

Entre los tipos de masajes más frecuentes utilizados en la medicina complementaria, 
se incluyen los siguientes:
·         Masaje sueco: se utilizan las manos para mover los músculos y las articulaciones con palpaciones largas y suaves, movimientos re repiqueteo, fricciones y amasamientos. En los masajes se pueden usar aceites si el niño no tiene alergia o sensibilidad a estos.
·         Masaje de tejidos profundos: se utilizan muchas de las mismas técnicas que en el masaje sueco, pero se aplica más presión en áreas específicas, concentrándose en las capas más profundas de los músculos y el tejido conjuntivo.
·         Masaje sobre puntos de tensión: al igual que en el masaje de tejidos profundos, esta técnica masajea las capas de tejido más profundas, concentrándose en los puntos de tensión que hay dentro el tejido conjuntivo o muscular y que suelen ser dolorosos cuando se presionan.
Muchos hospitales disponemos de masajistas profesionales que ofrecen estos masajes a los niños.
Finalmente, estos sólo son algunos pocos de los muchos métodos que existen para ayudar a los niños hospitalizados y a sus familias a hacer frente al dolor y la ansiedad.


Fuente: Eugenia Romero

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